Las distintas industrias tienen en su mano la oportunidad de reducir sus residuos y emisiones sin la necesidad de realizar grandes inversiones. Esto se consigue a través de la aplicación de buenas prácticas medioambientales. Para hacerlo posible, se precisan cambios en la actitud y en la organización de las operaciones. El equipo de Proimpel, comprometido con la preservación del medio ambiente, aconseja las siguientes pautas dirigidas a la industria gráfica.

Gestión de los recursos

1-Materias primas

Existe una gran variedad de papeles reciclados aptos para multitud de sistemas de impresión. No hay excusa para no adquirir papeles reciclados siempre que sea posible. Por otro lado, el uso de papel de menor gramaje también supone un menor coste de la materia prima.

2-Tintas

Mediante un aprovisionamiento y almacenaje óptimo se pueden evitar excesos de tinta que pueden deteriorarse y convertirse en inservibles.

Siempre que sea posible deben utilizarse tintas cuyos componentes no sean perjudiciales para el medio ambiente. Evitar los hidrocarburos clorados y metales pesados.

Es aconsejable recurrir, siempre que se pueda, a los sistemas de base al agua con bajo porcentaje de solventes orgánicos. De esta forma se controla su uso.

Gestión de la contaminación

3-Emisiones y vertidos

Una buena práctica es reducir los niveles de emisiones por debajo de los límites legales. En cuanto a los vertidos, es conveniente tratarlos o enviarlos a empresas especializadas antes de verterlos al alcantarillado.

Adoptar unas buenas prácticas medioambientales puede aumentar la competitividad de tu empresa. Por un lado, los costes se reducen al racionalizar el uso de materias primas y recursos naturales. Por otro lado, la empresa adquiere una mejor imagen pública ante los grupos de interés. Además, la empresa también se vuelve más competitiva al planificar estrategias utilizando el factor medioambiental como un elemento que impulsa a la mejora continua de la misma.